17 junio, 2008

Carmina Burana en el Garnelo


Cuando aún resuenan los ecos del “O Fortuna” en el Garnelo, recuerdo como, meses antes, Paco Hidalgo, Director de la Banda de Música y de la Escuela de Música de Montilla, nos solicitó colaborar en la puesta en escena de Carmina Burana. La banda de música ya había interpretado años atrás esta obra pero solo algunas partes exclusivamente instrumentales. Por lo que la propuesta, para la mayoría de nosotros, sobre todo los más jóvenes músicos, suponía un nuevo reto y una oportunidad de afrontar un proyecto musical de mayor envergadura. De esta manera nos mostramos dispuestos a participar.

La Obra:

Los Carmina Burana, son textos encontrados en el monasterio benedictino de Beuern (Baviera), durante los siglos XII y XIII, que tratan sobre todo del gozo de vivir, con canciones de amor, sátiras, danzas, canciones de taberna. Seguro que lo que se cantaba en estas últimas a muchos montillanos, y en general a los cordobeses, les resultaría familiar, en esta tierra donde abundaron estos rincones de nuestro patrimonio lúdico, festivo y comunicativo, que fueron las tabernas.

Ya en el siglo XX, Carl Orff recopiló estos textos y los musicalizó componiendo con ellos una cantata escénica profana, muy efectista. Ante todo es una obra que goza de gran popularidad, y personalmente pienso, que entre sus principales méritos está haber ayudado a muchas personas a acercarse a la música clásica, con su archiconocida “O Fortuna”, que además ha sido banda sonora de alguna que otra película. Constituye en sí una pieza fundamental de acceso al mundo de la música artística.

El Concierto:

La representación de esta obra sinfónico coral clausura el curso 2008-2009 de la Escuela de Música de Montilla, de la Asociación Ácora, que ha querido ofrecer a la ciudad de Montilla este magno concierto, en el que intervienen banda, coro y solistas. Son muchos los montillanos que participan, tanto en el coro como en la banda, si bien también ha contado con otras personas de localidades vecinas, como Fernan Nuñez, etc.

¡Qué bonito! fue uno de los primeros comentarios que escuché, ya en la calle, tras finalizar la primera representación. Quizá este sencillo comentario resuma más que nada el espíritu que trataban de transmitir los textos originales encontrados en el monasterio benedictino, y para esta persona sencilla, el inicio del acercamiento al arte musical del que antes hablaba. Pero realmente ha sido mucho más, un proyecto ilusionante, una experiencia inolvidable, coincidiendo con la antesala del inicio del solsticio de verano, como seguro hubiera dicho Carl Orff.

Los protagonistas:

Francisco Hidalgo Cruz, Director de la Escuela de Música, ha sido el artífice del proyecto, o usando un término algo impropio pero merecido, el alma mater de este gran evento musical en Montilla, que ha luchado, y estoy seguro sufrido, para llevar esta obra al escenario, a uno de los templos de la cultura de nuestra ciudad como es el Teatro Garnelo. Su entusiasmo e ilusión han conseguido aunar voluntades de distintas sensibilidades musicales: más de cien personas provenientes de los más diversos estilos musicales, entre ellos la canción tradicional y popular, el canto coral polifónico, incluso ha contado con una magnífica cantaora de flamenco montillana, para llevar a cabo este gran reto.

La persona que técnicamente ha hecho posible llevarlo a escena, Carlos Cumplido Morales, profesor de Canto y Piano de la Escuela de Música, con sus conocimientos de interpretación y dirección coral, responsable del gran nivel sonoro conseguido con el coro, y que además ha sabido comunicar y transmitir, con su simpatía, sus amplios recursos musicales, y que ha dirigido la obra.

Los solistas, Blanca Mª Reyes Martínez, soprano lírico-ligera, Jesús Ayllón, tenor ligero, y Enrique M. Ocaña Párraga, piano, por su profesionalidad.

Y, por supuesto, todos los demás componentes de este proyecto, los auténticos protagonistas, los que con su imprescindible participación han hecho posible este concierto en Montilla, con su esfuerzo y su alto grado de compromiso, cualidad por desgracia cada día más ausente en nuestras sociedades hiperindividualizadas, durante muchas y largas horas de ensayo. Que han sabido transmitir la alegría consiguiendo el objetivo buscado. Integrantes del coro, miembros de la coral de AA AA Salesianos, coro polifónico “Santiago”, coro rociero de Belén, coro parroquial San Francisco Solano, coro “la Tradición, coro de la Hermandad del Descendimiento, a los entusiastas componentes de nuestra banda de música “Pascual Marquina”, con su potencial sonoro y riqueza tímbrica.

Especialmente, nuestra enhorabuena a la espléndida sección de percusión, con José Mª Córdoba, Sergio, Felix y Rafa.

Al personal del montaje audiovisual, por la importante labor didáctica de profundizar en el conocimiento de esta popular obra, en su faceta más desconocida.

A la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Montilla.

En definitiva a todos, que con su talento han hecho posible la MÚSICA y llevar al escenario la obra.

Y, por supuesto, a todos los montillanos/as y vecinos de otras localidades, que han asistido a los conciertos, que nos han escuchado, ciudadanos sensibles sin cuya presencia no hubiera merecido la pena el esfuerzo. Ellos nos han animado con sus aplausos e ilusionado a todos, a seguir para quizá en un futuro no lejano, continuar con nuevos retos participando activamente con la CULTURA, de nuestras ciudades y pueblos, para que sigan vivos.

¡Ha sido un placer cantar y tocar juntos!

Aquí os dejo algunas fotografías, un pequeño homenaje a los participantes de esta representación, tomadas en la comida de convivencia que tuvimos tras este intenso fin de semana musical. Son todos los que están pero no están todos los que son.

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