18 marzo, 2007

Una solera de 25 años


Con esta nuestra primera grabación discográfica, la Banda de Música Montillana “Pascual Marquina” quiere celebrar el XXV Aniversario de su fundación, sirviendo como punto de arranque de las celebraciones que en este año tendrán lugar. Hemos seleccionado una muestra del extenso repertorio de marchas procesionales que hemos ido atesorando durante estos primeros veinticinco años de existencia. Atendiendo a criterios de calidad, traemos aquí obras procedentes de diversos puntos de nuestra geografía, abarcando desde creaciones actuales hasta piezas del repertorio más clásico de la marcha procesional.

Así, en este CD presentamos obras de tres autores montillanos, dos de ellos parte integrante de nuestra formación, que han sido grabadas aquí por primera vez, así como dos marchas procesionales de la vecina capital cordobesa representativas de la producción musical en este género hacia la mitad del pasado siglo.

Fruto de nuestro interés por ampliar nuestro repertorio procesional, presentamos ya en 1998 una selección en concierto de marchas dedicadas a la Semana Santa malagueña de entre las que hemos escogido la pieza que, a nuestro juicio, mejor las representa.

“Dolorosa”, marcha casi desconocida heredada del repertorio musical de la extinta Banda Municipal, aparece aquí como postrero homenaje a uno de nuestros músicos ya fallecido.

Del repertorio clásico sevillano interpretamos dos de las obras más emblemáticas y que marcarán un antes y un después en la música procesional, a las que añadimos una muestra del extenso catálogo del, hasta hace pocos años, Director de la Banda Municipal de Sevilla.

No podía haber un mejor colofón para este trabajo que “Procesión de Semana Santa en Sevilla”, única marcha compuesta por el músico que da nombre a nuestra agrupación y que desde hace años cierra todos nuestros conciertos de marchas procesionales.

Esperamos que disfruten de estas doce marchas que reflejan nuestra particular visión del repertorio musical procesional, a la vez que expresamos nuestro más sincero agradecimiento al Excmo. Ayuntamiento de Montilla por su apoyo y colaboración, así como a nuestro público por su entrega y fidelidad, y a todos los que han hecho posible que este proyecto sea por fin una realidad.

David García Carmona
Director de la Banda de Música Montillana
“Pascual Marquina”

Montilla, 18 de marzo de 2007

NOTAS AL PROGRAMA

Solera Cofrade
(Prudencio Márquez Almansa, 2004)


La marcha que da nombre a este disco es la primera obra para banda realizada por nuestro compañero y Clarinete Principal de la Banda desde su fundación. Como su propio título sugiere, fue concebida en cierto modo como un homenaje al maestro Marquina al inspirarse en uno de los temas del pasodoble “Solera Fina” que éste dedicara al pueblo de Montilla. Recientemente, hemos estrenado su pasodoble “José Bujalance” en homenaje al Presidente de nuestra Asociación.

Una Luz en el Camino
(David García Carmona, 2003)


Primera marcha compuesta por nuestro actual director, está dedicada a sus compañeros costaleros de la Hermandad de la Juventud de nuestra ciudad, así como a su antiguo Consiliario D. Antonio Rides, sacerdote salesiano que creyó siempre en la posibilidad de que esta obra fuera una realidad. Marcha que se adapta a los cánones clásicos del género, destacan en ella la originalidad de sus líneas melódicas enmarcadas por una novedosa introducción que servirá igualmente como enlace con el Trío.

Saeta Cordobesa
(Pedro Gámez Laserna, 1949)


En este año que se cumple el centenario de su nacimiento (Jódar, Jaén, 1907 – Sevilla, 1987) traemos aquí una de sus mejores marchas que dedicara a la Hermandad de la Buena Muerte de Córdoba. La que para muchos debería ser el “Himno de la Semana Santa” cordobesa, es una pieza de gran calidad y detallada elaboración temático-contrapuntística. La saeta que da peculiaridad a la marcha está basada, al parecer, en la que María “la Talegona” cantase a finales de los cuarenta al paso del Cristo de la Misericordia y que sería anotada por Gámez Laserna, por entonces al frente de la Banda del Regimiento Lepanto nº 2 con sede en la capital cordobesa. Más tarde pasaría a Sevilla como director de la famosa banda Soria 9 donde compondría piezas tan conocidas como “Pasa la Virgen Macarena” y “El Cachorro-Saeta sevillana”.

Paloma de Capuchinos
(Francisco Melguizo, 1951)


Junto con “La Música del Silencio” conforma lo mejor de su producción. Melguizo (Córdoba 1915 – Sevilla 1997) fue un hombre muy vinculado al mundo cofrade cordobés y a su actividad musical, de hecho llegó a ser Hermano Mayor de la Cofradía de la Misericordia y Presidente de la Agrupación de Cofradías así como fundador de varias formaciones musicales. A pesar de no contar con una completa preparación musical compuso esta marcha dedicada a la Virgen de la Paz y Esperanza que sería armonizada e instrumentada por su amigo Gámez Laserna. Característica por sus brillantes llamadas de trompetas, es maravillosa y cautivadora la sencillez melódica de la sección modulante que en el trío aparece enmarcada por dichas llamadas.

Divino Galileo y Jueves Santo
(Ángel Cruz Pérez, 1962-1965)


Nacido en 1920, este músico montillano cuenta con una sólida formación que incluye estudios superiores de violín así como cursos de piano y guitarra clásica. A su labor como Profesor de Música contratado por el Ayuntamiento hacia 1956 se sumó su nombramiento como Director de la Banda Municipal Montillana, cargo que ocuparía desde 1962 a 1965. De esta época datan estas dos partituras que por primera vez se presentan en disco. Obras de una interesante y correcta factura que denotan su dominio técnico y buen oficio y que, junto a “Agonía y Resurrección” y “Jesús el Cristo” conforman su corpus de obras procesionales. A éstas habría que añadir una serie de piezas y pasodobles que denotan su vinculación con su ciudad natal: Montillanas, Canto a Montilla, Recuerdos de la Vendimia, etc.

Virgen de Gracia
(Perfecto Artola Prats, 1984)


Discípulo de Marquina en materia de dirección de bandas, el maestro Artola (Benasal, Castellón, 1904 – Málaga, 1992), llegaría a Málaga en 1931, primero como clarinete principal y después como director de la Banda Municipal, cargo que desempeñaría durante 34 años. También sería director de la Orquesta Sinfónica de Málaga, catedrático del Conservatorio y fundador en 1975 de la banda con más fama y categoría de la ciudad: la de los colegios Miraflores y Gibraljaire. Esta marcha, muy interpretada en Málaga hasta hace bien poco, representa lo mejor de su producción. Decir Artola es decir música procesional malagueña, siendo precisamente un aire de malagueña la que da su peculiar color a la parte final de la marcha.

Dolorosa
(Antonio San Nicolás, ca. 1940)


Muy poco se sabe de este autor, aunque bien podría ser originario de la zona de Cartagena por la mayor predicación que allí ha adquirido esta marcha desde el momento de su composición. Atribuida también a Jaime Texidor (autor del famosísimo pasodoble “Amparito Roca”), san Nicolás bien pudo haber sido solamente el arreglista. El motivo de haberla incluido en esta grabación, aparte de su sobriedad y calidad, no ha sido otro que homenajear a nuestro desaparecido compañero Francisco Espejo Márquez (1927-2004) al que todos conocíamos como “Paco el Conejito”. Hombre de izquierdas de toda la vida, era un apasionado de la música procesional hasta el punto de que su deseo (que quedó cumplido) era que se interpretase esta marcha en su funeral. Paco, que perteneció ya a la extinta Banda Municipal y músico muy querido por todos, llegó a tocar instrumentos tan diversos como el fliscorno, la tuba, el bombardino o el trombón.

Ione
(Enrico Petrella, 1858)
Instrum. José Gabaldá - Manuel Font Fernández


Enrico Petrella (1813-1877), compositor italiano contemporáneo de Verdi, estrenó en 1858 en Milán su ópera titulada “Jone”. Hasta hace bien poco se había atribuido la primera adaptación para banda de la marcha fúnebre que aparece en la ópera a Manuel Font Fernández de la Herranz (eje vertebrador de la saga de los Font que realizara las instrumentaciones de las obras de sus hijos Manuel y José, así como de un sinfín de marchas que aún hoy siguen recuperándose). Recientes investigaciones realizadas por el actual director de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, D. Fco. Javier Gutiérrez, señalan, sin embargo, a José Gabaldá Bel como autor de la adaptación primigenia de la “Marcha fúnebre de la ópera Jone” del maestro Petrella (tal y como reza en la partitura original), que éste realizaría en 1867. Al parecer, Font Fernández se limitaría a adaptar a la plantilla de su época los materiales de Gabaldá. Desde entonces, esta marcha se ha convertido en todo un clásico de la música procesional.

Refugio de San Bernardo
(José Albero Francés, 1975)


Al igual que a Artola, podemos considerar a José Albero (Campo de Mirra, Alicante, 1933) como otro músico que se ha hecho “andaluz” de adopción. Tras su ingreso en el Cuerpo Nacional de Directores de Bandas de Música Civiles y pasar por ciudades como Alicante y Badajoz, hacia 1973 recalará finalmente en Sevilla, donde obtendrá el cargo de Director de su Banda Municipal, labor que desempeñará cerca de treinta años. Profesor durante varios años en el Conservatorio Superior de la ciudad, cuenta con una abundante producción de marchas procesionales (la segunda más extensa) además de abarcar obras de todos los géneros incluido el sinfónico. Traemos aquí una de sus obras, en nuestra opinión, más logradas, en una revisión editada por el compositor hace pocos años, diferente en algunos aspectos a la que grabara al frente de la Banda sevillana en 1980. Destacan aquí sus temas inspirados en la saeta, especialmente el que protagoniza el trío y que corre a cargo de los clarinetes solistas en su primera aparición.

Soleá, dame la mano
(Manuel Font y de Anta, 1918)
Instrum. Manuel Font Fernández


Junto con “Amarguras” (1919) son las dos marchas más importantes salidas de manos de la saga de los Font, en la que Manuel Font de Anta (Sevilla, 1889 - Madrid 1936) ocupa el lugar más destacado. Esta dinastía comienza a fraguarse cuando el gerundense José Font Marimont llega en 1876 a Sevilla como director de la Banda del Regimiento Soria 9. Su hijo, Manuel Font Fernández de la Herranz asumiría en 1895 la dirección de la Banda Municipal de Sevilla, donde, además de componer sus propias marchas, instrumentaría diversas obras procesionales, entre ellas “Amarguras” y “Soleá, dame la mano” de su hijo Manuel y “Victoria Dolorosa” de su otro hijo José. En la partitura original para piano aparece la siguiente dedicatoria: “A los desgraciados presos de la cárcel de Sevilla que, al cantarle saetas a la Virgen en Semana Santa, me hicieron concebir esta obra”. Al parecer, la marcha está inspirada en una saeta cantada por un preso al pasar la Esperanza de Triana y que tenía la siguiente letra: “Soleá, dame la mano/a la reja de la carse/que tengo muchos hermanos/huérfanos de pare y mare”. Verdadero poema sinfónico que, sin llegar a la popularidad de “Amarguras” (considerada como el himno de la Semana Santa), la supera, en opinión de muchos, en calidad e inspiración.

Procesión de Semana Santa en Sevilla
(Pascual Marquina Narro, 1901-1909)


Como afirma D. Mariano Marquina, nieto del compositor y gran recopilador de la obra de su abuelo, aquella tarde de Jueves Santo de 1928 tendríamos ya la suerte de escuchar en Montilla esta carismática marcha procesional, y nada menos que de manos de su compositor al frente de su Banda del 2º Regimiento de Zapadores Minadores de Ingenieros, acompañando a Ntro. Padre Jesús de las Prisiones. Aquí nace la vinculación con Montilla del maestro Marquina (Calatayud, Zaragoza, 1873 – Madrid, 1948), que daría como destacados frutos sendos pasodobles dedicados a nuestra ciudad: “Solera Fina” y “Amontillado Fino”. El autor del popularísimo pasodoble “España Cañí” no sólo se dedicó a este género y a obras de índole castrense, también escribió un buen número de zarzuelas llegando a ser Director Musical en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. La única marcha que se interpreta de nuestro autor es “Procesión de Semana Santa en Sevilla”, obra que sintetiza a la perfección en imágenes musicales el transcurrir de un cortejo procesional, donde la saeta, próxima a su fin, es interrumpida por el tronar de las trompetas. En 1999, D. Mariano Marquina descubrió una obra inédita de su abuelo: “Marcha sobre motivos de Lohengrin, con cornetas y tambores”, que esperamos algún día dar a conocer.

David García Carmona


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16 marzo, 2007

Grabación de nuestro primer disco

Un anhelo largamente querido por la mayoría de los que formamos la banda de música desde hace ya muchos años ha sido el de grabar un disco que dejase constancia del trabajo realizado por nuestra Asociación Musical durante más de dos décadas. También han sido muchos los montillanos que nos preguntaban y nos animaban: ¿para cuándo un disco de nuestra Banda de Música de Montilla?

El pasado mes de noviembre hicimos realidad este deseo en los estudios montillanos Sonisur. Grabamos nuestro disco, editado por Fonoruz, con la inestimable colaboración del artista montillano, autor de nuestro logotipo, Lorenzo Marqués, y del fotógrafo Jaime Luque con la fotografía de portada.

La temática elegida, marchas procesionales, y su título, “Solera Cofrade”, no es casual. Se debe a la vinculación que nuestra banda de música tiene tradicionalmente con la Semana Santa montillana, desde hace ya 25 años, actuando ininterrumpidamente y dando muestra del amplio repertorio de música cofrade perteneciente al rico patrimonio musical andaluz y montillano.

Hemos tratado de englobar todas las épocas y estilos durante nuestras actuaciones. Montilla, situada prácticamente en el centro geográfico de Andalucía, ha sabido actuar de crisol de la música procesional dando cabida a la riqueza y variedad de lo que se interpreta en las provincias limítrofes. Hemos tocado desde marchas cordobesas “Saeta cordobesa”, composiciones clásicas como “Soleá, dame la mano”, música procesional malagueña “Virgen de Gracia”, y cómo no, compuesta por Pascual Marquina, la archiconocida “Procesión de Semana Santa en Sevilla”, teniendo además cabida las de nuestros paisanos, Ángel Cruz, “Jueves Santo”, y más contemporáneas de nuevos autores. También composiciones de nuestros amigos y compañeros, Prudencio Márquez, “Solera Cofrade”, inspirada en el pasodoble “Solera Fina”, y David García, con una marcha de corte clásico “Una luz en el camino”, dedicada a los Costaleros de la Juventud de Montilla.

El concierto de presentación, en este XXV Aniversario, tendrá lugar el próximo día 18 de marzo de 2007 en la Parroquia de San Sebastián, a las 12:30 horas, donde además se podrá adquirir el disco. También se ha puesto a la venta en varias librerías y papelerías de Montilla.

La grabación se realizó en dos jornadas en las que no faltó la alegría y la emoción, por lo que suponía este legado que dejamos tras un largo camino recorrido juntos haciendo música, y que espero continúe durante muchos años más.

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14 marzo, 2007

Concierto en el Auditorio Nacional de Música

Siguiendo el consejo de mi amiga y compañera María Luisa Hidalgo, clarinete, lástima que no haya podido asistir, ayer fui a Madrid, para escuchar en el Auditorio Nacional de Música el Concierto para clarinete y orquesta, de Jean Françaix, interpretado por la Orquesta de la Comunidad de Madrid y de su solista, Justo Sanz, uno de los clarinetistas españoles más interesantes de su generación y actual Catedrático de Clarinete del Real Conservatorio de Música de Madrid.


Allí me encontré con nuestro amigo Carlos Javier Fernández Cobo, que fue Profesor de Clarinete del Conservatorio Profesional de Música de Córdoba y creador de su "Grupo de Clarinetes", y que, actualmente, desempeña la misma labor en el Conservatorio Profesional de Música "Victoria de los Ángeles" de Madrid, dirigiendo además la banda de música de este centro.


Compartimos una experiencia inolvidable, junto con un nutrido grupo de sus alumnos y de otros muchos clarinetistas presentes, al escuchar la magnífica interpretación de Justo Sanz. Carlos me decía que era muy difícil encontrar grabaciones de este concierto debido a su dificultad, y que, incluso a nivel internacional, pocos clarinetistas se atrevían con él.


Sobre esto hay que decir que se trata de una obra especialmente compleja para el solista, tanto por su incómoda tonalidad como por una escritura que parece no querer plegarse a las exigencias del instrumento, con constantes modulaciones a otras tonalidades. A ello se añade la necesidad de superar y sortear estas dificultades sin perder el carácter ligero y desenfado que impregna casi todo el concierto. Como decía, algunos clarinetistas lo consideran como "imposible de tocar". El célebre concertista ingles Jack Brymer escribió en un libro sobre técnica del clarinete "Algún día la mano humana habrá evolucionado lo suficiente para poder tocar el concierto de Françaix".


Quizá ningún otro compositor haya compuesto una música tan "feliz" que busca sobre todo "producir placer". Y este concierto para clarinete esta imbuido de optimismo y positivismo que impregna y contagia al oyente, como tuvimos ocasión de comprobar.

Lo dicho, único e irrepetible, con un amplio sonido, tal vez el mejor que se le haya escuchado, nos dejó a un Auditorio, prácticamente lleno, con una gozosa sensación que fue correspondida con largos aplausos.

Si puedo trataré de subir una breve grabación que pude hacer durante el concierto.

Saludos.

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11 marzo, 2007

El esfuerzo cardíaco de un músico en un concierto es igual al de un deportista de élite

¡Hola a todos/as! Hace unas semanas me envió Carlos J. Fernández Cobo (profesor de clarinete) a mi correo, un artículo sobre el esfuerzo que realizamos los músicos cuando tocamos en algún concierto o mientras estudiamos. Me pareció muy interesante y pensé que sería bueno compartirlo con todos/as vosotros/as. Os recomiendo que lo leáis, no tiene desperdicio.
Un saludo de vuestra compañera clarinete.
María Luisa Hidalgo

El esfuerzo cardíaco de un músico en un concierto es igual al de un deportista de élite.

Una tesis doctoral demuestra que las pulsaciones de un instrumentista clásico son equiparables a las de un futbolista o un ciclista 62 músicos, muchos de la OSPA, participaron en el estudio M. F. A./GIJÓN.El esfuerzo cardiaco de un músico en un concierto es igual al de un deportista de élite OSPA. Varios instrumentistas de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, participaron en el estudio.

Para hacer música es preciso bombear mucha sangre. Tanta como para subir el Angliru o meterle un gol al Barça. Las clasificaciones tradicionales sobre el trabajo físico en función de la frecuencia cardiaca han considerado siempre que la profesión de músico requiere de un esfuerzo liviano, pero una tesis doctoral elaborada por la doctora Claudia Iñesta Mena (Llerena, Badajoz, 1959), médico de Atención Primaria en Gijón aunque especialista en Medicina Deportiva, ha echado por tierra esta teoría. Después de analizar a través de pulsómetros el esfuerzo cardiaco de 62 instrumentistas clásicos ha concluido que su trabajo es equiparable al de un deportista de élite.

La media de pulsaciones se eleva a 136 durante un concierto (lo normal es entre 60 y 80), pero puede llegar en algún momento a las 200. Recurriendo a la catalogación Astrand y Rodahl de 1985, un clásico de la medicina laboral, su tarea es «extremadamente dura». Claudia Iñesta es además de médica, es madre de tres hijos músicos y una gran melómana. De ahí su interés por un asunto que empezó a convertirse en su tesis doctoral bajo la dirección de Nicolas Terrados Cepeda en 1999 y que recibió el 'cum laude' de la Universidad de Oviedo el pasado mes de septiembre.

Su idea inicial era abordar un plan de ejercicios físicos dirigidos a los músicos, pero finalmente acabó analizando el esfuerzo que supone tocar un instrumento. Se valió de la colaboración de 62 instrumentistas, muchos de ellos miembros de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), que se prestaron a colocarse los pulsómetros durante los ensayos y los conciertos para evaluar las diferencias.

Clarinete, fagot, flauta, oboe, trombón, trompa, trompeta, contrabajo, viola, violín, violoncello, arpa, piano, percusión y dos instrumentos indios -sitar y tabla- formaron parte de un estudio que se prolongó en el tiempo y que acabó por aportar conclusiones inesperadas. Porque si bien Iñesta suponía que el nivel de esfuerzo del corazón era fuerte, no esperaba tanto. Sí intuía ya desde el primer momento que es preciso que los músicos estén en forma y practiquen deporte para poder mantener ese bombeo cardiaco que se hace imprescindible para ejecutar la música.

De 20 a 30 años.

La mayoría de los músicos que participaron en el estudio son jóvenes, entre 20 y 30 años, y el abanico de esfuerzo que realizan es muy amplio. Es difícil generalizar porque a la hora de medir las pulsaciones entran en juego muchos factores, algunos de ellos tan difícilmente cuantificables como la emoción de una pieza. Pero hay conclusiones claras. Por ejemplo, el esfuerzo se multiplica durante un concierto con respecto a los ensayos. Es también sustancial la diferencia entre un solista y quien no ejerce como tal en un recital. A mayor protagonismo, se advierte también un incremento en las pulsaciones.

Para dar ejemplo de ese importante esfuerzo, y saliéndose de lo que es estrictamente su tesis doctoral, Claudia Iñesta relata el caso de un fagotista que un día decidió pesarse antes y después de un concierto. Un kilo y medio fue la diferencia final, pero con el añadido de que el último pesaje se hizo después de la cena.

Otra muestra del enorme esfuerzo que supone hacer música lo encuentra la doctora en su propio hijo, en la actualidad clarinetista becario en la Filarmónica de Berlín, que en un viaje a Bolivia fue capaz de correr a la altitud de La Paz, pero no pudo sacarle una sola nota al instrumento de viento. Pensó, incluso, que se le había estropeado el clarinete.

Un partido importante.

Las gráficas de la tesis de la doctora aportan luz sobre lo que puede significar la faena de un concierto. En uno de ellos se observan las pulsaciones de un futbolista en un partido importante. Y son prácticamente las mismas que las de un músico. Sucede algo similar con el tajo de un pescador, mucho más tranquilo en las distintas partes del trabajo salvo en la última, la de la descarga del pescado, en la que se equipara el esfuerzo.

«Es mucho más de lo que pensaba, nadie esperaba tanto», dice esta doctora extremeña afincada en Gijón para explicar con otra anécdota lo que supone. Su director de tesis, el experto en Medicina Deportiva Nicolás Terrados, mostró en una ocasión a un ciclista una de las gráficas de esfuerzo de los músicos estudiados por Claudia. «Mira, ¿qué te parece?, le dijo, y este contestó: «Uff, vaya etapa más dura». No daba crédito cuando supo que aquellas pulsaciones eran las de un concertista. Y así era.

Pese a lo que pudiera parecer, no se ha advertido en la tesis una diferencia de esfuerzo para los diferentes instrumentos. Y eso que cuando Claudia Iñesta comenzó su estudio estaba convencida de que los de viento requerían de mayor bombeo de sangre. Finalmente no fue así. Los niveles de esfuerzo no tienen relación con el instrumento, pero alcanzan durante los conciertos porcentajes superiores al 70%. En algunas ocasiones, incluso más.

En el estudio en dos ocasiones se rebasó la barrera de la capacidad cardiaca máxima y se llegó al 101%. Todo este estudio tiene un fin claro para Claudia Iñesta: concienciar a los músicos de que tienen que cuidarse, de que su corazón realiza un esfuerzo importante cada vez que se suben a un escenario. Estar en forma, hacer deporte y practicar hábitos de vida saludables es fundamental para los instrumentistas. Y lo es también para los jóvenes que se forman en el conservatorio, que deben hacer un hueco en su agenda para mover las piernas y el corazón.

Eso entiende esta extremeña que, tras presentar su tesis doctoral, confía en publicar pronto su trabajo en alguna revista de cardiología.

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01 marzo, 2007

Día de Andalucía 2007

En un espléndido día festivo, la Banda de Música de la Asociación "Pascual Marquina" de Montilla realizó su tradicional pasacalles por nuestra localidad para festejar el día de todos los andaluces y andaluzas, llenando de música, siempre bienvenida, las calles y plazas con aires alegres de marcha como "Camino de Rosas", "Evocación", "Bailén", "La Giralda", "Annen Polka" de Johan Strauss y la veterana "La Comisión". Finalizando en la explanada del Ayuntamiento en el acto institucional de izado de la bandera e interpretación del Himno de Andalucía cantado por numerosos ciudadanos que nos acompañaban en esta mañana junto a la Corporación Municipal y Autoridades que recordaron nuestro recién aprobado Estatuto de Autonomía.

Esta jornada también acabó con música en el Teatro Garnelo, a cargo del quinteto de metales "PENTAFERRUM", miembros de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, que dieron muestra de la diversidad del repertorio que estas formaciones pueden llegar a interpretar, abarcando desde la música del Renacimiento hasta nuestro siglo, con una musicalidad y calidad excelentes.

Os dejo fotos del desarrollo musical de este festivo día, no sin antes agradecer la colaboración inestimable de nuestro amigo Ricardo, Richar para los amigos, por su entrega.


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